SEMIFINALES!!! Imparable, la AL BERKOWITZ BAND se ha colado en semifinales de la 3ª Edición del concurso nacional “Ritmo y Compás”. Todos los pronósticos hacían presagiar que la oscura tez de Al Berkowitz obstaculizaría el paso de la banda a ulteriores rondas del concurso; pero los chicos, con la camisa de chico bueno de Ignacio Simón, el optimismo patológico y la emoción en el escenario de Santiago Estrada, y el buen hacer a la batería de Lorenzo Palomares (todo un señor, aunque eso de señor sólo se lo digan los cajeros cuando saca dinero) se sobrepusieron a la dificultad de no haber convocado a nadie, y se ganaron el favor del jurado. Las siguientes batallas serán más duras, necesitamos de todo vuestro apoyo para colarnos en la final...miércoles, 24 de octubre de 2007
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SEMIFINALES!!! Imparable, la AL BERKOWITZ BAND se ha colado en semifinales de la 3ª Edición del concurso nacional “Ritmo y Compás”. Todos los pronósticos hacían presagiar que la oscura tez de Al Berkowitz obstaculizaría el paso de la banda a ulteriores rondas del concurso; pero los chicos, con la camisa de chico bueno de Ignacio Simón, el optimismo patológico y la emoción en el escenario de Santiago Estrada, y el buen hacer a la batería de Lorenzo Palomares (todo un señor, aunque eso de señor sólo se lo digan los cajeros cuando saca dinero) se sobrepusieron a la dificultad de no haber convocado a nadie, y se ganaron el favor del jurado. Las siguientes batallas serán más duras, necesitamos de todo vuestro apoyo para colarnos en la final...
martes, 23 de octubre de 2007
CRONOGRAFÍA DE ALDOUS
¡¡AL BERKOWITZ HA VUELTO!! -Cuando el espíritu de Charley Patton se aparece ante Aldous Berkowitz y le ordena consagrar su vida al blues, éste acata su orden con celeridad. Sujeta a la pared un alambre tensado y se dispone a aprender los rudimentos de la guitarra slide.
Corre el año 1959, y en Temple (Texas) nadie, y menos un mocoso de 10 años pone en duda los mandatos de un bluesman muerto. Lo que no es habitual, ni siquiera en Temple (Texas), es que sean varios los bluesmen muertos que intenten regir el destino de un solo hombre.
En 1972 Blind Willie Johnson conmina a Al Berkowitz a abrazar la fe anabaptista, lo cual, éste, por supuesto, hace.
En 1983 un recién finado, y por lo que se ve, cabreado y confuso Muddy Waters le exhorta a sumergirse en la psicodelia, abjurar de la fe anabaptista, contraer sífilis, y volverse politoxicómano.
En 1997 Henry Thomas le sugiere muy taxativamente volver a las raíces: Renunciar a la guitarra eléctrica y aprender a tocar el quills. Al Berkowitz, de todos modos ya muy depauperado, trunca su carrera musical y tarda cuatro años en averiguar que es un jodido quills.
Por fin en 2006 Al Berkowitz decide emprender por sí mismo la búsqueda, y no sólo musical, de su propia identidad; recala en Madrid y forma su propia banda a partir de los restos de una banda local (The Inhabitants).
Pese a todo, Al Berkowitz, como nosotros, lo último que desea es contrariar a los bluesmen muertos. Pero nunca llueve a gusto de todos...
Corre el año 1959, y en Temple (Texas) nadie, y menos un mocoso de 10 años pone en duda los mandatos de un bluesman muerto. Lo que no es habitual, ni siquiera en Temple (Texas), es que sean varios los bluesmen muertos que intenten regir el destino de un solo hombre.
En 1972 Blind Willie Johnson conmina a Al Berkowitz a abrazar la fe anabaptista, lo cual, éste, por supuesto, hace.
En 1983 un recién finado, y por lo que se ve, cabreado y confuso Muddy Waters le exhorta a sumergirse en la psicodelia, abjurar de la fe anabaptista, contraer sífilis, y volverse politoxicómano.
En 1997 Henry Thomas le sugiere muy taxativamente volver a las raíces: Renunciar a la guitarra eléctrica y aprender a tocar el quills. Al Berkowitz, de todos modos ya muy depauperado, trunca su carrera musical y tarda cuatro años en averiguar que es un jodido quills.
Por fin en 2006 Al Berkowitz decide emprender por sí mismo la búsqueda, y no sólo musical, de su propia identidad; recala en Madrid y forma su propia banda a partir de los restos de una banda local (The Inhabitants).
Pese a todo, Al Berkowitz, como nosotros, lo último que desea es contrariar a los bluesmen muertos. Pero nunca llueve a gusto de todos...
RESPUESTAS
En respuesta a algunas a las preguntas formuladas por algunos de nuestros seguidores hemos de responder que:
SÍ, algunos miembros de la Al Berkowitz Band participan en el delirante programa de radio Vorticé (se trata de Santi Estrada, que junto con Ignacio Simón y acompañados de Javier Fresneda y Alberto de la Hoz llenan el vacío existente entre las 20:00 horas: momento de llegar a casa y echar un esporádico y aburrido casquete con la pareja y las 22:00 horas: insalubre hora española para cenar fritanga o pizza Tarradellas mientras vemos Hospital Central). Podrán escucharles a través de internet, en cadena online, aunque les recomendamos no cometer el terrible error de comenzar a escucharles...
NO, no sabemos el actual paradero de Al Berkowitz; aunque hay sitios donde es sencillo dar con él: véase el selecto restaurante madrileño “El Boñar de León” (ese finolis bistró, posible patrocinador de la gira próxima del grupo, donde no admiten a más de diez vagabundos a la vez) o cortejando señoras a la salida de cualquier peluquería del barrio de Salmanca.
y SÍ, SÍ, SÍ, SÍ!!! La Al Berkowitz Band grabará disco del 1 al 4 de noviembre, y acompañados de un rubio y un perro. Les deseamos mucha suerte en ésta, la grabación de su primer disco de estudio.
P.D.: Dejen sus preguntas en el espacio de comentarios...
SÍ, algunos miembros de la Al Berkowitz Band participan en el delirante programa de radio Vorticé (se trata de Santi Estrada, que junto con Ignacio Simón y acompañados de Javier Fresneda y Alberto de la Hoz llenan el vacío existente entre las 20:00 horas: momento de llegar a casa y echar un esporádico y aburrido casquete con la pareja y las 22:00 horas: insalubre hora española para cenar fritanga o pizza Tarradellas mientras vemos Hospital Central). Podrán escucharles a través de internet, en cadena online, aunque les recomendamos no cometer el terrible error de comenzar a escucharles...
NO, no sabemos el actual paradero de Al Berkowitz; aunque hay sitios donde es sencillo dar con él: véase el selecto restaurante madrileño “El Boñar de León” (ese finolis bistró, posible patrocinador de la gira próxima del grupo, donde no admiten a más de diez vagabundos a la vez) o cortejando señoras a la salida de cualquier peluquería del barrio de Salmanca.
y SÍ, SÍ, SÍ, SÍ!!! La Al Berkowitz Band grabará disco del 1 al 4 de noviembre, y acompañados de un rubio y un perro. Les deseamos mucha suerte en ésta, la grabación de su primer disco de estudio.
P.D.: Dejen sus preguntas en el espacio de comentarios...
FIESTA NACIONAL...
Era ya el sábado 13 de octubre, las siete de la mañana, había acabado el día de la fiesta nacional y yo me dirigía a mi casa tras haber quemado un viernes más entre los modernos trasnochados que habitan la Sala Sol. “Pronto tocaréis aquí”, le dije a Nacho, y el me miró con la esperanza de que así fuera, y que todas las mujeres que en esa noche denostaron nuestra etilidad, consecuencia de su cumpleaños, quedasen prendados del embrujo de su directo.
Puse mi mp3 y sabía que sólo la Al Berkowitz Band y hits como: “Football, Women and Knives” conseguiría que no dormirme en el metro, y evitar así despertar con el bolsillo trasero del pantalón rajado, como el finde anterior; aunque ya me había gastado todo el dinero en alcohol y lo único que conseguirían de nuevo sería joderme unos pantalones nuevos...
Llegando al intercambiador de Moncloa, absorto en mis pensamientos, de repente aprecié que un grupo de personas se arremolinaban formando un círculo. Pensé en algo grave, gente curiosa y algún herido esperando asistencia; pero no, era él, el mismísimo Al Berkowitz en estado semi-inconsciente tirado en el suelo. Nadie se atrevía a acercarse a aquel demacrado negro que balbuceaba en inglés, aunque tampoco nadie de allí sabía que estaban ante el enorme músico de Temple, que había compartido escena con los mismísimos Charlie Patton, Leadbelly, Robbie Basho o Blind Joe Death e incluso había formado parte, aunque de manera fugaz, de los Traveling Wilburys; sin lugar a dudas, uno de los mejores bluesman de la historia.
Me acerqué, le di un par de palmadas en la cara ante la incredulidad de la gente, se incorporó levemente y me dijo: “Let me sleep here, fucking bastard”. Entonces supe que me había reconocido, porque el viejo Al es así, y sólo se molesta en insultar a sus allegados...
Comenté que le conocía, y la gente siguió su camino con miradas de extrañeza. Al fin logré levantarlo y le pedí un café en esa cafetería del intercambiador, en la que tantas veces yo había quemado la madrugada y el dinero que me quedaba a base de cañas. Entonces me habló de los viejos tiempos, aunque con sentencias inconexas. También me preguntó por la banda, que cómo les iba a los Al Berkowitz Band. Fui un segundo a pagar, sin volver la mirada, y cuando regresé había desaparecido; debí habérmelo imaginado... Cogí el metro en dirección a mi casa, y cuando salí metí la mano en mi chaqueta, para hacerme con un cigarrillo. Entonces encontré un papel arrugado: el viejo Al me la había vuelto a jugar, se trataba la partitura de “I'm going inside", que había metido en mi bolsillo para que se la hiciese llegar a los Al Berkowitz Band. ¡Maldito Al, siempre será el más grande...!
Puse mi mp3 y sabía que sólo la Al Berkowitz Band y hits como: “Football, Women and Knives” conseguiría que no dormirme en el metro, y evitar así despertar con el bolsillo trasero del pantalón rajado, como el finde anterior; aunque ya me había gastado todo el dinero en alcohol y lo único que conseguirían de nuevo sería joderme unos pantalones nuevos...
Llegando al intercambiador de Moncloa, absorto en mis pensamientos, de repente aprecié que un grupo de personas se arremolinaban formando un círculo. Pensé en algo grave, gente curiosa y algún herido esperando asistencia; pero no, era él, el mismísimo Al Berkowitz en estado semi-inconsciente tirado en el suelo. Nadie se atrevía a acercarse a aquel demacrado negro que balbuceaba en inglés, aunque tampoco nadie de allí sabía que estaban ante el enorme músico de Temple, que había compartido escena con los mismísimos Charlie Patton, Leadbelly, Robbie Basho o Blind Joe Death e incluso había formado parte, aunque de manera fugaz, de los Traveling Wilburys; sin lugar a dudas, uno de los mejores bluesman de la historia.
Me acerqué, le di un par de palmadas en la cara ante la incredulidad de la gente, se incorporó levemente y me dijo: “Let me sleep here, fucking bastard”. Entonces supe que me había reconocido, porque el viejo Al es así, y sólo se molesta en insultar a sus allegados...
Comenté que le conocía, y la gente siguió su camino con miradas de extrañeza. Al fin logré levantarlo y le pedí un café en esa cafetería del intercambiador, en la que tantas veces yo había quemado la madrugada y el dinero que me quedaba a base de cañas. Entonces me habló de los viejos tiempos, aunque con sentencias inconexas. También me preguntó por la banda, que cómo les iba a los Al Berkowitz Band. Fui un segundo a pagar, sin volver la mirada, y cuando regresé había desaparecido; debí habérmelo imaginado... Cogí el metro en dirección a mi casa, y cuando salí metí la mano en mi chaqueta, para hacerme con un cigarrillo. Entonces encontré un papel arrugado: el viejo Al me la había vuelto a jugar, se trataba la partitura de “I'm going inside", que había metido en mi bolsillo para que se la hiciese llegar a los Al Berkowitz Band. ¡Maldito Al, siempre será el más grande...!
jueves, 18 de octubre de 2007
AL BERKOWITZ BAND; LOS ORÍGENES
La Al Berkowitz Band, formada a finales de 2005, está liderada espiritualmente por el bluesman Al Berkowitz, cuyas composiciones arreglan y defienden en directo cuatro músicos españoles, anteriormente integrados en la formación The Inhabitants.
Esta inusual simbiosis surge una noche de verano, cuando algunos de los miembros de The Inhabitants presencian una trifulca callejera entre un hombre de edad avanzada y tres empleados del Servicio de Limpieza Urgente (SELUR).
El motivo de la gresca parece ser unas partituras recogidas por los operarios en un exceso de celo, que el hombre en un deplorable e incoherente castellano reclama a los empleados municipales.
En parte intrigados, y en parte apiadados por la manifiesta incapacidad del hombre para defenderse por sí mismo, dada su avanzada edad, incomprensión aparente del idioma, y avanzado estado de intoxicación etílica, los chicos de The Inhabitants lo rescatan de la lluvia de golpes, y descubren que el maltrecho anciano es Al Berkowitz, uno de esos músicos malditos por los que sienten una malsana admiración. Tras entablar relación con él y comprobar que no está totalmente acabado, The Inhabitants deciden unirse a él en un proyecto musical conjunto al que bautizan Al Berkowitz Band.
La música de la banda, amalgama de rock, blues, psicodelia, con elementos de jazz, recoge conceptos atemporales como la ansiedad, la confusión, el caos, el neuroticismo, el elitismo, la búsqueda de la gratificación... y por supuesto, aunque sea lateralmente, el amor, envueltos en mucho cinismo, donde el principal objeto de burla es la propia idiosincrasia de los miembros de la banda
Las influencies musicales de la banda son prácticamente infinitas, desde Miles Davis, Charles Mingus, Herbie Hancock… hasta Debussy, Satie, Sibelius, pasando, como no, por The Beatles, Morphine, Television, Syd Barrett, Henry Manzini, King Crimson, Talk Talk, Calexico, Pink Floyd, Tortoise, Manfred Mann, The Beach Boys, Magma, Nick Drake, Tim Buckley, Radiohead...
Tras dar más de una veintena conciertos desde su formación (Sala el Juglar, Bourbon street, Hebe…) la banda se encuentra a día de hoy en su mejor estado de forma, tanto en la composición y arreglo de sus temas, como en su sonido en directo. Además de los instrumentos convencionales en un cuarteto de rock, otros como la Lap Steel Guitar, el Rhodes o el Quills, son piezas angulares en su particular cosmogonía sónica.
Esta inusual simbiosis surge una noche de verano, cuando algunos de los miembros de The Inhabitants presencian una trifulca callejera entre un hombre de edad avanzada y tres empleados del Servicio de Limpieza Urgente (SELUR).
El motivo de la gresca parece ser unas partituras recogidas por los operarios en un exceso de celo, que el hombre en un deplorable e incoherente castellano reclama a los empleados municipales.
En parte intrigados, y en parte apiadados por la manifiesta incapacidad del hombre para defenderse por sí mismo, dada su avanzada edad, incomprensión aparente del idioma, y avanzado estado de intoxicación etílica, los chicos de The Inhabitants lo rescatan de la lluvia de golpes, y descubren que el maltrecho anciano es Al Berkowitz, uno de esos músicos malditos por los que sienten una malsana admiración. Tras entablar relación con él y comprobar que no está totalmente acabado, The Inhabitants deciden unirse a él en un proyecto musical conjunto al que bautizan Al Berkowitz Band.
La música de la banda, amalgama de rock, blues, psicodelia, con elementos de jazz, recoge conceptos atemporales como la ansiedad, la confusión, el caos, el neuroticismo, el elitismo, la búsqueda de la gratificación... y por supuesto, aunque sea lateralmente, el amor, envueltos en mucho cinismo, donde el principal objeto de burla es la propia idiosincrasia de los miembros de la banda
Las influencies musicales de la banda son prácticamente infinitas, desde Miles Davis, Charles Mingus, Herbie Hancock… hasta Debussy, Satie, Sibelius, pasando, como no, por The Beatles, Morphine, Television, Syd Barrett, Henry Manzini, King Crimson, Talk Talk, Calexico, Pink Floyd, Tortoise, Manfred Mann, The Beach Boys, Magma, Nick Drake, Tim Buckley, Radiohead...
Tras dar más de una veintena conciertos desde su formación (Sala el Juglar, Bourbon street, Hebe…) la banda se encuentra a día de hoy en su mejor estado de forma, tanto en la composición y arreglo de sus temas, como en su sonido en directo. Además de los instrumentos convencionales en un cuarteto de rock, otros como la Lap Steel Guitar, el Rhodes o el Quills, son piezas angulares en su particular cosmogonía sónica.
lunes, 8 de octubre de 2007
FOOTBALL, WOMEN AND KNIVES
¿de qué habla la banda, intérprete del espíritu creativo de Al Berkowitz? A continuación podrán degustar la errante poesía, herencia del bluesman de Temple, en su archiconocido SINGLE: "Football, women and Knives"...
(What do speak about the band; performers of the Al Berkowitz´s creative spirit? Following on you can taste the wandering poetry, heritage of the Temple´s bluesman, in their great hit: "Football, women and Knives"...)
Now, she is nude lying on the couch,
Gotta be quick before she gets asleep too
How should I get through it? Her smile is melting down, I’ve turned unloaded.
I turn my head back to find the scene on flames,
I will be gone, the whole thing will be over
Then I might feel the prick.
Once I felt handsome, felt brilliant…
I had so much rhythm, I had so much rhythm that I deserved to die
I close my eyes and I wait for the stab
It’s all about football women and knives
This is not high enough for my high condition
It’s kind of bland, silly, not even a little bit strange
I become your local hero, but sooner or later
I’m blinded for the mere possibility of the blade
I close my eyes and I wait for the stab
Find nothing but football and women and knives
It’s all about football, and women and knives
I close my eyes but I feel rather unsteady
I can’t understand why I need that much time just to tie my shoes
And now she’s nude lying on the couch
I feel leaning my head on, leaning my head on…
Take a breath, then go back home
I close my eyes and I wait for the stab
It’s all about football, women and knives
There’s nothing but football and women and knives
Find nothing but football, women and knives
I’m sick about football and women and knives...
(What do speak about the band; performers of the Al Berkowitz´s creative spirit? Following on you can taste the wandering poetry, heritage of the Temple´s bluesman, in their great hit: "Football, women and Knives"...)
Now, she is nude lying on the couch,
Gotta be quick before she gets asleep too
How should I get through it? Her smile is melting down, I’ve turned unloaded.
I turn my head back to find the scene on flames,
I will be gone, the whole thing will be over
Then I might feel the prick.
Once I felt handsome, felt brilliant…
I had so much rhythm, I had so much rhythm that I deserved to die
I close my eyes and I wait for the stab
It’s all about football women and knives
This is not high enough for my high condition
It’s kind of bland, silly, not even a little bit strange
I become your local hero, but sooner or later
I’m blinded for the mere possibility of the blade
I close my eyes and I wait for the stab
Find nothing but football and women and knives
It’s all about football, and women and knives
I close my eyes but I feel rather unsteady
I can’t understand why I need that much time just to tie my shoes
And now she’s nude lying on the couch
I feel leaning my head on, leaning my head on…
Take a breath, then go back home
I close my eyes and I wait for the stab
It’s all about football, women and knives
There’s nothing but football and women and knives
Find nothing but football, women and knives
I’m sick about football and women and knives...
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