martes, 2 de junio de 2009

COCHES Y ROCK

En estos últimos días, probablemente cuanto más tiempo paso al volante, comparando mi mercancía de cuatro ruedas con el resto de las cabalgaduras automovilísticas, hay una pregunta que se repite en mi mente: ¿hay coches más rockeros que otros?; por supuesto…
El mero hecho de conducir ha sido en muchas ocasiones representado como una exposición hacia el límite, compartiendo muchos de los valores que la gente ve implícitos en el Rock. La velocidad, el ritmo salvaje, la pretensión de libertad…, es algo que no se puede encontrar en una canción de Luis Fonsi o en un utilitario medio, pongamos un Seat Toledo (cuyo conductor probablemente escuche a Luis Fonsi…).
Si dejamos a parte el exclusivo Shelby Cobra, el que para mí es sin dudas el coche más rockero de la historia, tendríamos que echar un vistazo a coches más conocidos por el gran público.



A su vez, a mi parecer tendríamos que diferenciar dos aspectos fundamentales: estética y mecánica. El primero es sin lugar a dudas el más definitorio. Personalmente, desde la estética hay muchos coches clásicos que me parecen rockeros, coches que nunca he conducido y de cuya mecánica no puedo opinar. Una opción barata y que me resulta ciertamente inquietante, ya que no sé a qué público iría destinado en su época, es el Renault Fuego, hasta el nombre es puro rock…



Si nos remitimos a una opción más clásica y elitista, la respuesta sería sin dudas el Mercedes 300 SL “alas de gaviota”. Si bien no me imagino a muchos rockeros conduciendo esta obra de arte, sólo el hecho de verlo me inspira Saint Tropez, años 60 (aunque el coche sea de los 50 no se hizo nada parecido hasta décadas después…), escuchando “For Your Love” de los Yardbirds a todo volumen.



En los 80 apareció, en contraposición al Renault Fuego, otro coche rockero para segmentos más pudientes. El BMW E30 es también puro Rock, pero no para todos los públicos, con una estética que ni dejaba ni deja indiferente, es un coche que te gusta o no te gusta, sin términos medios.



Un referente común a todo el mundo, con el que hemos crecido todos es Porsche, palabra que automáticamente viene ligada a tres cifras, 911, como Madrid a las obras o Barcelona al “jipismo…”. Del 911 está todo dicho, y falta mucho por decir. Si bien los norteamericanos, gente que pervierte todo, lo han ligado en muchas de sus películas a otros estilos culturales, el 911 setentero, el de los faros saltones, es rock para paladares exquisitos…




Jeje, escribiendo este articulo estoy descubriendo que la mayoría de coches que considero rockeros no son ni fueron opciones económicas, aunque tampoco hay nada conceptualmente menos rockero que pagar un coche a plazos. De todos modos haré un guiño a las clases medias, y sí, hubo un Seat rockero; el Ibiza 1200, el antiguo “bocanegra” huele a Ducados, Los Chichos y Leño… Aunque según se dice se quedó corto de motor para el imponente diseño.



Y en cuanto a mecánica, a falta de algo mejor, mi E46 320 me tiene muy satisfecho…

lunes, 1 de junio de 2009

AAAAHHHHHHGGGGGGGG

Después de escuchar a Mayor Oreja durante cinco minutos, el máximo permitido para no transmitir narcolepsia hereditaria a tu futura prole, soportar la tercermundista temperatura de Madrid durante todo el día, leer cinco artículos pesimistas en el Cinco Días, ver que Florentino vuelve a ser el Emperador de la Galaxia y padecer el polvo de las 100.000 obras que suturan esta ciudad; mis cuatro neuronas han decidido reinventar este Blog.
En contra de lo que Al Berkowitz quisiera, he decidido ser el Martin Varsavsky del mundo pre-exitoso, pero antes un pequeño recordatorio...




A partir de ahora mucho más...