Después de escuchar a Mayor Oreja durante cinco minutos, el máximo permitido para no transmitir narcolepsia hereditaria a tu futura prole, soportar la tercermundista temperatura de Madrid durante todo el día, leer cinco artículos pesimistas en el Cinco Días, ver que Florentino vuelve a ser el Emperador de la Galaxia y padecer el polvo de las 100.000 obras que suturan esta ciudad; mis cuatro neuronas han decidido reinventar este Blog.
En contra de lo que Al Berkowitz quisiera, he decidido ser el
Martin Varsavsky del mundo pre-exitoso, pero antes un pequeño recordatorio...
A partir de ahora mucho más...
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